¿Te has dado cuenta de que, a menudo, personas que hacen exactamente el mismo trabajo tienen actitudes completamente distintas? Al margen de las diferencias propias a la personalidad, la explicación a este fenómeno se puede encontrar observando las motivaciones de cada uno.
Si te interesa profundizar en esta reflexión, te recomiendo leer este cuento que me enseñaron durante mi formación en coaching personal.
Cuento de los 3 canteros
Cuentan que un día, un viajero francés que realizaba el camino de Santiago se detuvo para descansar en una cantera situada cerca de Miranda de Ebro. Durante su parada, se puso a observar a tres canteros que parecían hacer el mismo trabajo pero con actitudes muy distintas.
El primer cantero se paraba a menudo para quejarse, resoplar y maldecir. El segundo trabajaba en silencio, concentrado y ensimismado. El tercero en cambio, canturreaba una canción y parecía muy satisfecho con lo que hacía.
El viajero se quedó sorprendido por estas tres actitudes tan distintas ante una misma tarea. Los observó con más atención para intentar detectar algo, en los gestos o en las circunstancias de los canteros, que le permitiera entender el origen de esta diferencia. Cómo no detectó nada significativo, decidió preguntarles directamente.
Se acercó al primer cantero y le preguntó "Oiga ¿qué hace usted?". "¿Que qué hago?" - respondió el primer cantero malhumorado - "Me despierto de madrugada para venir a trabajar aquí y picar piedras todo el día. En invierno me congelo, en verano me tuesto y si llueve me mojo. Y así, llevo haciendo lo mismo día tras días, semana tras semana, mes tras mes, año tras año…¡maldigo la suerte de ser cantero!"
El viajero hizo la misma pregunta al segundo cantero. Éste le explicó con todo lujo de detalles el método que seguía para extraer de la roca una piedra la más parecida posible a la anterior.
Luego, se acercó al tercer cantero y le hizo la misma pregunta. El tercer cantero paró de cantar y le contestó con una amplia sonrisa de satisfacción "¡Estamos construyendo la catedral de Burgos!"
Conclusión
Este pequeño cuento nos muestra la diferencia tan grande que supone el "desde dónde" hacemos las cosas:
- El primer cantero se había quedado en el QUÉ. Hacía su tarea sin ningún sentido, con el único objetivo de ganarse la vida.
- El segundo estaba centrado en el CÓMO, lo que le daba la satisfacción del trabajo bien hecho.
- El tercero, en cambio, había sabido encontrar el sentido a su trabajo, más allá de la propia tarea. Estaba focalizado en el PARA QUÉ o el propósito de su tarea.
Y tú ¿Qué haces cada día? ¿con cuál de los tres canteros de identificas? Y lo realmente importante ¿Cuál quieres ser?
Te invito a descubrir cuál es la catedral de Burgos que se esconde detrás de las cosas que haces 😉
Te dejo con una cita inspiradora y un consejo práctico.
Y recuerda ¡Decides tu vida si no quieres que otros decidan por ti!
¡Un abrazo!
Sylvain
Las personas necesitan un propósito que tenga significado, esa es nuestra razón de vivir. Con un propósito, somos capaces de conseguir cualquier cosa. Warren Bennis.
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