¿Sientes a veces cómo se libra una lucha en tu interior entre el bien y el mal? ¿lo positivo y lo negativo? Es que existe en cada uno de nosotr@s una dualidad que nos lleva a debatirnos entre ira / bondad, miedo / amor, orgullo / humildad, mentira / verdad…
Esta lucha suele ocurrir sin que seamos conscientes de ella y, a primera vista, puede parecer que no podemos hacer gran cosa al respecto. Cómo mucho, observarla y esperar a que el mejor gane. Realmente, podemos tener un papel mucho más activo, y es a lo que te quiero invitar hoy. Si me sigues desde hace tiempo sabrás que, cómo persona proactiva, me gusta tomar cartas en lo que me ocurre, tanto exterior como interiormente 😉
Así que hoy quiero compartir una leyenda de los nativos americanos Cherokee. Es una historia muy corta, pero que me marcó mucho cuando la leí por primera vez. Me parece que ilustra muy bien la capacidad que tenemos para decidir el papel que queremos jugar en esta lucha interior.
Leyenda Cherokee de la lucha entre el lobo negro y el lobo blanco
Un día, un anciano Cherokee llamó a su nieto para contarle una historia.
Le dijo: “Dentro de cada uno de nosotros hay una batalla entre dos lobos:
- Un lobo negro que lucha contra todo y todos incesantemente: es ira, envidia, culpa, resentimiento, celos, avaricia, soberbia, mentiras y ego.
- Un lobo blanco que vive en armonía con lo que le rodea: es bondad, alegría, paz, amor, esperanza, gratitud, generosidad, humildad, compasión, empatía y verdad.»
El niño meditó un momento estas palabras y luego preguntó: "Abuelo ¿qué lobo ganará?"
El viejo Cherokee sonrió y respondió: “Aquel al que alimentes”.
Conclusión
Este cuento nos anima a dejar de ser observadores y a tomar un papel proactivo para influir en esta lucha que se libra en nuestro interior.
La psicología nos dice que tenemos una tendencia natural a alimentar nuestro lobo negro, bajo la influencia de nuestro sesgo de negatividad. Ahora bien, en línea con lo que propone la psicología positiva, en nuestras manos está empezar a alimentar más al lobo blanco.
No te quepas duda de que tendrás que aprender a caminar con los 2 lobos. Está dualidad inherente en todos nosotros no va a desaparecer. Por lo tanto, no se trata de “matar de hambre” al lobo negro, sino de alimentar y dar más vitalidad a tu lobo blanco con prácticas cómo puede ser la meditación, gratitud, compasión…
Como curiosidad, he encontrado por internet una versión más larga de este cuento que plantea la necesidad de alimentar a los 2 lobos para establecer un equilibrio, como el yin y el yang. Desconozco si está versión extendida proviene del cuento original, en cualquier caso no comparto esta idea de alimentar a los 2 lobos.
Con eso, no pretendo que neguemos nuestra ira, miedo, tristeza… Es importante reconocer, aceptar y escuchar todas nuestras emociones porque nos traen información importante sobre nuestras necesidades. Ahora bien, creo que sólo tiene sentido alimentar conscientemente al lobo blanco porque el negro ya se alimenta por su cuenta 😉
Y tú ¿a qué lobo alimentas?
Te dejo con una cita inspiradora y un consejo práctico.
Y recuerda ¡Decides tu vida si no quieres que otros decidan por ti!
¡Un abrazo!
Sylvain
“El mal siempre es posible. Y la bondad es eternamente difícil”. Anne Rice.
Si te ha gustado este post no dudes en compartirlo:
Bravo Sylvain. ¡Me encanta leerte! Espero que estés bien y la familia también. Si estás algún día en el Porvenir, avísame y te enseño mi nuevo local, por si algún día lo necesites para lo que sea. Es un espacio con varios espacios que se puede adaptar a distintas necesidades. Yo ya haciendo mis pinitos. Quedamos cuando quieras y nos compartimos historias 🙂
Un abrazo fuerte.
Gráinne
¡Muchas gracias Grainne! Enhorabuena por el nuevo local. Me hará mucha ilusión verlo y ponernos al día de nuestros respectivos proyectos 😉
Un abrazo
Me gusto el cuento, decido alimentar al lobo blanco, gracias
¡Muchas gracias! Me alegro de que hayas elegido alimentar al lobo blanco de forma más consciente.
Un abrazo
Personalmente me es tremendamente difícil alimentar al lobo blanco, aún cuando debo hacerlo incluso para levantarme, padezco depresión y ansiedad, controlada con medicamentos, lamentablemente el lobo negro ha sido el líder de la manada desde pequeña, sin embargo, me niego a dejar de intentar domesticarlo y convivir de manera más armónica, e intento alimentar más seguido al lobo blanco en el que aún creo.
¡Muchas gracias por tu mensaje Caro! Me imagino lo difícil que tiene que ser esta lucha diaria y te felicito por haber tomado la decisión de seguir trabajando para alimentar más a tu lobo blanco. Estoy convencido que tu perseverancia terminará dando sus frutos. La gratitud es uno de los grandes recursos que tenemos a nuestro alcance.
¡Te envío mucho ánimo para seguir avanzando por tu camino! Un fuerte abrazo