Tenemos la suerte de vivir en unas sociedades con un alto nivel de bienestar, pero aún así solemos vivir con mucho sufrimiento y malestar. Siempre me ha llamado la atención el hecho que dos personas con circunstancias muy similares puedan vivirlas de forma completamente distintas.
En mi búsqueda continua de la paz interior, intento entender lo que nos causa este sufrimiento. He descubierto, principalmente a través de la práctica del Mindfulness, que la gran diferencia reside en si aceptamos o no las cosas (y la gente) tal y como son.
La mayoría de la gente vive con sufrimiento por resistirse a algunas de sus circunstancias. Esto se puede resumir así:
Dolor y sufrimiento
Es bastante habitual confundir dolor y sufrimiento, pero como lo expresaba muy bien el mismísimo Buda:
El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.
El dolor forma parte de nuestra vida y nos toca convivir con él. Puede ser el dolor físico o el dolor emocional asociado a la tristeza, la ira… que nos puede generar circunstancias "adversas" de la vida y que no podemos controlar. El dolor suele ser puntual y de corte duración.
En cambio, el sufrimiento nace en la mente cuando no aceptamos las circunstancias o lo que nos va ocurriendo en la vida. Puede durar mucho más tiempo, incluso una vida entera.
Esto nos pasa porque nuestro ego nos hace creer que tenemos cierto control sobre la realidad externa y que podemos ajustarlas a nuestras propias expectativas.
Es muy habitual sufrir por resistirnos a circunstancias como por ejemplo:
- La muerte de un ser querido
- Una separación
- La vuelta al trabajo después de las vacaciones
- Un despido
- Un contratiempo
- El hecho de envejecer
- El mal tiempo
- Un error del pasado
- Una persona que no es como "debería" ser
Es esencial entender que el sufrimiento nace en nosotros mismos y no en las circunstancias. De hecho, ninguna circunstancias externas puede hacernos sufrir sin nuestro consentimiento.
Aceptar para dejar de sufrir
Si la resistencia es la que nos hace sufrir, la aceptación es el primer paso hacia la paz interior. La aceptación pasa por un reconocimiento consciente de lo que nos ocurre y lo que sentimos en el momento presente. Como te comentaba en otro artículo sobre la proactividad, es importante aprender a actuar sobre lo que depende de nosotros y aceptar lo que esta fuera del círculo de influencia.
Y si dejamos de crear tantas expectativas sobre como deberían ser las cosas, entonces será mucho más fácil aceptarlas tal y como vienen.
Hace un año que he empezado con la práctica del Tai Chi y me estoy dando cuenta de lo que me enseña acerca de mi forma de enfrentarme a la vida. En la práctica en parejas, las sensaciones físicas nos permiten entender conceptos mentales más complicados de percibir.
Por ejemplo, cuando un compañero me empuja, mi respuesta por defecto sería ejercer una oposición al movimiento, resistirme. Esto me genera automáticamente tensión. En cambio, si en vez de resistirme al movimiento, soy capaz de observarlo y aceptarlo, se crean muchas posibilidades para aprovecharlo en mi beneficio.

Aceptar no es resignarse
En general la gente es reacia a la simple idea de aceptar plenamente su realidad porque lo confunde con estar conforme o resignarse con lo que están viviendo y que no les gusta. Prefieren negar su realidad y quejarse de las circunstancias sin entender que eso es precisamente lo que les impide cambiarlas.
Aceptar no es sinónimo de resignarse. Resignarse sería decidir no actuar para cambiar algo que esté en nuestras manos. En cambio, podemos acoger la vida tal y como se presenta, y a partir de ahí actuar como consideremos necesario.
Conclusión
La aceptación supone soltar y abrirse a lo que nos reserva la vida. De esta forma, dejamos atrás el sufrimiento que surge cuando nos resistimos. Al dejar de luchar, podemos aprovechar nuestra energía para transformar lo que se ha hecho consciente.
Te dejo con una cita inspiradora y un consejo práctico.
Y recuerda ¡Decides tu vida si no quieres que otros decidan por ti!
¡Un abrazo!
Sylvain
A lo que te resistes, persiste; lo que aceptas, se transforma. Proverbio budista
Te toca a ti
Te propongo observarte durante una semana. Cada vez que notas que algo te hace sufrir o te genera malestar, aunque sea levemente, pregúntate ¿qué es lo que no estoy aceptando?
Esto te ayudará a entender que el sufrimiento no está en las circunstancias sino en tu forma de enfrentarte a ellas.
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Hola, buenas noches, te he encontrado por causalidad, puse la palabra aceptar en vez de luchar y resistir y apareciste, me interesa mucho lo que dices, quiero salir de este pozo.
Hola Carol. Gracias por tu mensaje. Te animo a seguir trabajando para conseguir aceptar las circunstancias que no puedes cambiar. Es el camino que te llevará a sentirte en paz.
Un abrazo