¿Cuál es la primera cosa que haces cada mañana al despertar? Beber agua, ir al baño, pensar en lo que tienes previsto para el día, mirar el whatsapp… A lo mejor ni siquiera lo tienes claro, pero es muy probable que sea lo mismo cada mañana. Es tu primer hábito del día y lo haces casi sin pensar.
Los hábitos son todas aquellas acciones o conductas que hemos repetido regularmente hasta poder hacerlas sin tener que pensarlo y casi sin fuerza de voluntad. Muchos de estos hábitos se hacen de forma inconsciente. Tenemos hábitos positivos (lavarse los dientes) o negativos (fumar).
Según varios estudios, los hábitos representan alrededor del
de lo que hacemos cada día.
Con este porcentaje es fácil de entender la importancia que tienen en nuestra vida. Y eso no solo lo digo yo, lo dijo Aristóteles hace más de 2.000 años: "Uno cambia su vida cambiando sus hábitos".
Mi objetivo con este post es nada más y nada menos que convencerte de la necesidad de introducir hábitos en tu vida. Al final del post comparto contigo los últimos hábitos que he incorporado a mi vida, por si te da ideas 😉
Y si quieres pasar directamente a la acción, puedes leer mi artículo con los 5 pasos que sigo para introducir un nuevo hábito.
A menudo no somos conscientes de la diferencia que suponen los pequeños hábitos. Te voy a poner un ejemplo:
Imagina alguien que tiene la costumbre de mirar la tele una hora todos los días antes de ir a dormir. Un día decide cambiar este hábito y empieza a ir a la cama 15 minutos antes para leer un libro. Estos 15 minutos no supondrán una gran diferencia al final del día, pero después de un año habrá leído más de 25 libros!!!
Lo llamo La revolución de los pequeños hábitos
En muchas ocasiones nos cuesta introducir una mejora en nuestra vida porque nos requiere mucha motivación o fuerza de voluntad. Estos dos recursos son limitados y suelen consumirse con el tiempo. Todos hemos conocido inicios de año con motivación y ganas de cambiar todo lo que no nos gusta. Pero también hemos podido comprobar como esta motivación se agota después de unos meses.
La ventaja de los hábitos es que solo requieren de motivación y fuerza de voluntad al principio. Cuando los tenemos consolidados, podemos seguir haciendo las acciones casi sin necesidad de fuerza de voluntad.
Un hábito nos permite realizar las acciones de forma automática, casi sin pensarlo. Imagínate si tuvieras que pensar en cada paso que das cuando andas, o en el pedal que debes pisar cuando conduces ¡Cuanta energía te consumiría!
Una vez establecido un hábito podemos dedicar nuestra energía a la introducción del siguiente.
La introducción de un nuevo hábito requiere de cierto rigor y constancia durante el periodo de consolidación, que puede durar alrededor de un mes. Durante este periodo, el hábito es débil y hay que prestarle mucha atención para que vaya cogiendo fuerza. Cualquier cambio puede poner en peligro un nuevo hábito.
Me gusta representarlo como un árbol pequeño que tenemos que regar y cuidar cada día, hasta que desarrolle unas raíces fuertes para seguir creciendo con muy poco cuidado. Con paciencia y cariño, cada hábito se convertirá en un árbol. Y árbol tras árbol, podrás tener un "bosque de hábitos" capaz de dar oxígeno a tu vida.
Para ilustrar el poder de los pequeños cambios, te dejo un vídeo inspirador. Cuenta la historia de Jadav Payeng. Este indio ha plantado un árbol cada día durante más de 37 años, hasta convertir una zona árida en un bosque más grande que Central Park!
En resumen: constancia, rigor y cariño.
Si te he convencido, te recomiendo leer mi artículo con los 5 pasos que sigo para introducir un nuevo hábito.
En mi vida, me apoyo mucho en los hábitos para conseguir mejoras sin depender tanto de mi fuerza de voluntad.
Con el tiempo he ido introduciendo muchos buenos hábitos. Algunos pocos han venido para sustituir "malos" hábitos, pero la mayoría han venido simplemente para mejorar mi vida. Por si te puede dar ideas, te indico algunos de los últimos árboles que he plantado en mi bosque:
Por experiencia, tengo claro que los cambios de hábitos son imprescindibles para mejorar nuestra vida. Además, si tienes niñ@s, estoy seguro que te habrás dado cuenta de la importancia que tiene ayudarles a tener buenos hábitos.
La introducción de pequeños hábitos puede producir grandes cambios. Es realmente sencillo, pero no significa que sea fácil. Cada cambio de hábito, por pequeño que sea supone esfuerzos y constancia. Pero merece la pena.
En el video Forest Man, Jadav comenta que al principio le costaba mucho plantar los árboles porque el suelo estaba muy árido y no tenía semillas. Con el tiempo el suelo se hizo cada vez más fértil y los árboles ya plantados daban las semillas para los nuevos.
Esto mismo pasa con los hábitos. En el momento en que tengas muchos buenos hábitos en tu vida, te costará muy pocos esfuerzos introducir uno nuevo.
Te dejo con una cita inspiradora y un consejo práctico.
¡Un abrazo!
Sylvain
El primer mejor momento para introducir un nuevo hábito fue hace 5 años, el segundo es hoy.
Piensa en las actividades que son importantes para ti, pero que no consigues mantener en el tiempo (hacer ejercicio, leer, sonreír a la gente, beber un zumo de naranja, meditar, mantener el orden...). Elige sólo una de estas actividades, sin ser demasiado ambicioso. Ahora establece cuál va a ser tu hábito de una forma muy clara. Por ejemplo, leer quince minutos antes de dormir.
Puedes poner una alarma diaria en el móvil con el nombre de tu hábito para acordarte de hacerlo o para comprobar si lo has hecho durante el día.
Al final del mes, revisa tu nivel de compromiso con el hábito y comprueba si has conseguido introducirlo.
¡Enhorabuena! Ya tienes un nuevo árbol.
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Hola, me llamo Sylvain Arzo. Soy francés y vivo en Sevilla desde 2007. Escribo en este blog para compartir reflexiones y consejos prácticos para tener una vida con más sentido y menos estrés ¿Te interesa?
5 pasos para crear un nuevo hábito
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